Conformidad

La contabilidad del carbono en las actividades de uso del suelo

Su hoja de ruta para cumplir las nuevas normas del sector

Introducción

A raíz de la creciente preocupación por el clima, la contabilidad del carbono se ha convertido en un punto central para las industrias que participan directamente en el uso de la tierra (también conocidas como sectores de uso de la tierra). Con el auge de los regímenes locales de comercio de derechos de emisión (véase la revisión actualizada constantemente por el ICAP) y los inminentes impuestos sobre el carbono, como el CBAM de la UE, las empresas de los sectores agrícola, forestal, de la pulpa y el papel (P&P), de los bienes de consumo envasados (CPG) y de la alimentación y las bebidas (F&B) deberán pagar por su huella de carbono en un futuro próximo. Este artículo es el primero, pero no el último, de la serie de apoyo a los líderes en sostenibilidad y finanzas en su transición a la economía baja en carbono y sirve de guía para navegar por el complejo panorama de la contabilidad del carbono en el uso de la tierra, centrándose en el cumplimiento del Protocolo de GEI y otras normas emergentes del sector.

El imperativo financiero: Mercados e impuestos del carbono

A medida que se desarrollan los mercados locales de carbono y aumentan los impuestos sobre el carbono, las organizaciones no sólo están obligadas moral y legalmente, sino también incentivadas financieramente a conocer y reducir su huella de carbono. Conocer la proyección de emisiones de su organización (también conocida como "escenario de referencia") puede ofrecerle una ventaja competitiva, permitiéndole reducir futuros gastos en sistemas de comercio de carbono y evitar elevados impuestos.

Contabilidad del carbono: El primer paso para lograr un uso sostenible de la tierra y beneficios económicos

Las organizaciones que participan en regímenes de comercio de derechos de emisión o se enfrentan a impuestos sobre el carbono ligados a las emisiones de sus productos no pueden permitirse saltarse el paso crucial de calcular sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Estas cifras no son meros datos, sino la base sobre la que se construirán futuros impuestos, gastos e incluso posibles ingresos. Dada la naturaleza a largo plazo de los ciclos del carbono en el uso de la tierra, estos cálculos suelen requerir intrincadas estrategias plurianuales de optimización. Por tanto, aunque su empresa no esté actualmente sujeta a la normativa sobre emisiones, sentar ahora las bases para el cumplimiento futuro no sólo es inteligente, sino esencial.

Entender el protocolo de GEI en el uso del suelo

El Protocolo de Gases de Efecto Invernadero (GEI), desarrollado por el Instituto de Recursos Mundiales (WRI), es la norma de referencia para medir y gestionar las emisiones de gases de efecto invernadero en todo el mundo. Este marco integral proporciona a las empresas las herramientas que necesitan para medir con precisión su huella de carbono, con especial atención a los sectores de uso del suelo, como la agricultura y la silvicultura. El Protocolo de GEI, que abarca las emisiones de alcance 1, 2 y 3, ofrece una visión global de la contabilidad del carbono. Aunque aún no se ha convertido en una norma universal, ya está causando sensación. Es de esperar que se integre cada vez más en los informes diarios sobre las actividades de uso de la tierra, al igual que se ha integrado perfectamente en otras facetas de la gestión de la cadena de suministro.

Beneficios ambientales de la contabilidad del carbono en el uso del suelo

Establecer un proceso repetible y rentable de contabilidad del carbono permite a las organizaciones priorizar la reducción de sus emisiones de gases de efecto invernadero y la captura de carbono puede reportar beneficios medioambientales transformadores, desde la reducción drástica de las emisiones de gases de efecto invernadero hasta la preservación de la biodiversidad. Muchas empresas con visión de futuro ya han puesto en marcha prácticas sostenibles que hacen algo más que reducir su huella de carbono en las actividades de uso de la tierra. Estas iniciativas también aumentan el rendimiento a largo plazo y refuerzan la resistencia al cambio climático. Tomemos como ejemplo la mejora de la salud del suelo: no sólo amplifica el secuestro de carbono, sino que también aumenta la capacidad de retención de agua del suelo. Al cuantificar y gestionar meticulosamente su huella de carbono, las empresas se posicionan como actores clave en la cruzada mundial para combatir el cambio climático y salvaguardar los ecosistemas naturales.

Retos y soluciones de la contabilidad del carbono

Aunque el Protocolo de GEI ofrece una guía completa para gestionar las emisiones, ponerlo en práctica no siempre es sencillo. A menudo surgen dificultades en áreas como la recopilación de datos, el cálculo de las emisiones y la verificación por terceros. Sin embargo, las herramientas especializadas de contabilidad del carbono pueden simplificar este proceso fusionando los datos de la cadena de suministro con modelos de la huella de carbono del uso de la tierra, ofreciendo resultados listos para la presentación de informes.

En lo que respecta al tratamiento de datos, la metodología de las actividades de uso del suelo difiere de los flujos de trabajo tradicionales de la contabilidad del carbono. Requiere la compilación de datos de teledetección de alta calidad, que luego se cruzan con muestras sobre el terreno. Estos datos brutos sobre el uso de la tierra deben analizarse utilizando modelos muy precisos para obtener cálculos fiables de la huella de carbono. Para las organizaciones de los sectores agrícola, forestal y de la pulpa y el papel, la adopción de un sistema de contabilidad del carbono derivado del uso de la tierra ofrece una doble ventaja: no sólo ayuda a minimizar los costes potenciales de las emisiones de carbono, sino que también mejora la transparencia y la resistencia de la cadena de suministro.

Conclusión: Su hoja de ruta hacia el cumplimiento de la normativa

Establecer una contabilidad rentable del carbono en el uso del suelo no es sólo una necesidad reglamentaria, sino un imperativo estratégico para las empresas. Adherirse a normas industriales en evolución, como el Protocolo GEI, puede mitigar significativamente los futuros costes relacionados con el carbono. Además, la aplicación de este marco contable sirve de piedra angular para reforzar la resistencia de la cadena de suministro. Al comprender y aplicar de forma proactiva estas directrices, las empresas pueden obtener una ventaja competitiva. No sólo pueden cumplir los requisitos normativos, sino también contribuir de forma significativa a las iniciativas de sostenibilidad global. Y lo que es más importante, pueden aprovechar las nuevas oportunidades financieras de los mercados del carbono, en rápida expansión.

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